EL MEDIO AMBIENTE
Sábado 24 de abril
LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Génesis 1-2: 7: 2:18-24; 3:7, 17-19; Salmo 24:1; Mateo 25:34-46; Marcos 2:27, 28; 3:4.
PARA MEMORIZAR:
“De Jehová es la tierra y su plenitud; el mundo y los que en él habitan” (Salmo 24:1).
EL CREADOR PASÓ LOS PRIMEROS CINCO DÍAS de la semana de la Creación preparando el medioambiente para los seres humanos que iban a vivir allí. Puso a Adán y a Eva en un jardín (Génesis 2:8, 15) y les dio la supervisión de todas las criaturas terrenales. Así, ellos podían estudiar, gozar y desarrollarse como representantes de Dios en la Tierra. El sábado sellaría su relación con él.
El pecado cambió el plan de Dios. El medioambiente llegó a ser hos¬til. El trabajo duro reemplazó al trabajo placentero. El egoísmo dominó. Comenzó la explotación de los recursos de la Tierra que sigue hasta hoy. Los bosques han sido talados. Los cursos de agua han sido alterados y la contaminación es desenfrenada. La riqueza del suelo ha sido malgastada en forma irreflexiva. La luz del sol, vital para la salud, puede llegar a ser un enemigo de la salud, si nos exponemos a él en exceso. El mundo todavía sostiene nuestra existencia aquí, a pesar de nuestros abusos inter¬minables del planeta.
UN VISTAZO A LA SEMANA: Nuestro medioambiente es tanto un don de Dios como la vida misma; por eso, tenemos la responsabilidad de cuidarlo.
Domingo 25 de abril
Lee Génesis 1 y 2:1 al 7. ¿De qué modo los actos de Dios prepa¬raron el camino para la obra culminante de la Creación: el hombre y la mujer? ¿En qué forma la creación de los seres humanos fue diferente del resto de la Creación?
Pero, eso no es todo. Él llega a ser Dios el Cirujano al sacar una cos¬tilla de Adán y formar a Eva para ser la compañera de Adán y la madre de la raza. Ella también ha de pararse a su lado en este medioambiente perfecto (ver Génesis 2:18-24). Luego, pone a estos seres flamantes, recién creados, en el lugar de belleza y maravilla que había estado preparando el tiempo previo.
Dios proveyó los alrededores más saludables posibles para Adán y Eva. El tranquilo verde del follaje, el color de las flores y las frutas: todo se combinaba a fin de constituir el hogar ideal para ellos. El Señor no pla¬nificó una vida de ocio para nuestros primeros padres. Habían de trabajar en el jardín y cuidarlo. De esta manera, ellos encontrarían satisfacción y gozo. Aprenderían más acerca de Dios y de lo que hemos venido a llamar “el segundo libro de Dios, la naturaleza”.
Lee, en Génesis 1 y 2, el informe de la Creación otra vez. ¿Qué en¬contramos allí que nos señala la idea de que, como seres humanos, deberíamos ser buenos administradores de la Tierra?
Lunes 26 de abril
Lee Génesis 2:2 y 3. ¿Qué podemos concluir del hecho de que Dios mismo descansó en el sábado?
Entretanto, el sábado nos da la oportunidad de concentrar nuestra aten¬ción en el Creador, en su amor y en su cuidado por sus criaturas de una ma¬nera que no hubiera sido fácil para nosotros. Ayudó a poner límite al trabajo, aun en un tiempo en el que el trabajo era relativamente fácil y productivo.
Después de que el pecado entró, el trabajo llegó a ser mucho más difícil y cansador (Génesis 3:17-19), y el sábado puso este límite al trabajo, y el llamado a recordar al Creador llegó a ser aún más importante. El sá¬bado, un recordativo de la Creación, nos debería ayudar a concentrarnos en nuestra responsabilidad para con el mundo creado.
Con el paso de los siglos, el verdadero significado del descanso en el sábado llegó a perderse con numerosas reglas y reglamentos que desviaron los pensamientos de la gente del verdadero significado y valor del sábado.
Lee Marcos 2:27 y 28, y Marcos 3:4. ¿Cómo entendía Jesús el sábado?
¿De qué modo podía y debía la observancia del sábado ayudarnos a entender mejor el maravilloso regalo que Dios nos dio del mundo creado? Más aún, ¿cómo puede y debe ayudarnos a comprender me¬jor nuestra obligación de cuidar de él?
Martes 27 de abril
De repente, el maravilloso medioambiente que habían gozado cam¬bió y les presentó nuevos desafíos que, con el tiempo y en generaciones subsiguientes, se volverían peores. Los seres humanos, entretanto, comen¬zaron a explotar la Tierra para su propia ganancia y gloria.
Lee 1 Reyes 10:14 al 22. ¿Qué nos indica esto acerca de cómo los seres humanos llegaron a ver la Creación?
La contaminación del aire, del agua, del suelo, la presencia de agentes de enfermedad nuevos y temibles, todos señalan un envejecimiento de la Tierra y la necesidad creciente de renovación. Mientras que más países procuran desarrollarse, y mientras que los países desarrollados procuran seguir manteniendo su nivel de vida, la humanidad afronta desafíos a la salud que pueden ser enormes por causa del daño al medioambiente.
Hace años, un dirigente político hizo una afirmación que decía más o menos así: “No tenemos que preocuparnos acerca del medioam¬biente, porque Jesús regresa pronto”. ¿Cuál es la lógica de este argu¬mento? ¿Cómo le responderías?
Miércoles 28 de abril
Lee el Salmo 24:1. ¿Qué implicación tienen estas palabras para noso¬tros y la forma en que nos relacionamos con el mundo? Al mirar a nuestro alrededor y ver las condiciones de nuestro mundo, necesitamos hacernos la pregunta: “¿Qué podemos hacer para mejorar el medioambiente?”
Un ejemplo es el agua. Podemos ser cuidadosos al usar el agua. Po¬demos apoyar los esfuerzos para proporcionar agua limpia a quienes no la tienen. En ciertas partes del mundo, la falta de agua limpia es un pro¬blema muy serio, que conduce a una tremenda pérdida de vidas.
Podemos seguir la dieta que Dios bosquejó para nosotros. Si más personas fueran vegetarianas, habría más alimentos para todos, porque se necesitan muchos más recursos naturales para sostener una dieta basada en carne que para sostener una dieta vegetariana.
Podemos cuidar de las plantas y de los árboles por los que tenemos responsabilidad. Esto ayudará a mantener el aire puro.
Hasta donde podamos, deberíamos procurar reducir el nivel de emisio¬nes de carbono, que está llegando a ser, cada vez más, una preocupación mun¬dial debido al impacto potencialmente peligroso para el medioambiente.
Al ser buenos mayordomos de la Tierra, al procurar cuidar el medio¬ambiente, al no acumular los recursos naturales para nosotros mismos, al estar dispuestos a compartir con otros de nuestra abundancia, podemos mejorar la vida diaria de aquellos que necesitan nuestra ayuda. Como cristianos, que profesamos seguir al Señor Jesús, estamos obligados a ayu¬dar a los que están en necesidad.
Lee Mateo 25:34 al 46. ¿De qué modo nuestra mayordomía de la Tierra, de alguna manera, es parte de lo que Jesús nos pide que haga¬mos? ¿Qué otros versículos puedes recordar que también se aplican a este problema?
Jueves 29 de abril
El pecado no solo impactó la Tierra, sino también a los seres huma¬nos. Uno de los impactos negativos del pecado llevó a los seres humanos a la idolatría, que se manifestó por su adoración a las “criaturas” (Romanos 1:25) en vez de al Creador.
Lee 2 Reyes 23:5, Jeremías 8:2 y Ezequiel 8:16. ¿Qué sucedía? ¿Por qué, en un sentido, tendría sentido adorar al sol?
Sabemos, también, que demasiada exposición al sol aumenta el ries¬go de diversos cánceres de la piel.
Por otro lado, la luz del sol ayuda a producir la vitamina D, que es esencial para el metabolismo del cuerpo y la formación de huesos fuertes y sanos. Una exposición adecuada a la luz del sol también ayuda a preve¬nir ciertos tipos de cánceres.
¿Cuál es, entonces, la exposición óptima a la luz del sol? Las per¬sonas de piel clara en un medioambiente ecuatorial requieren, por lo menos, cinco minutos por día de exposición al sol para la producción de su vitamina D. Las personas de piel oscura en el mismo medioambiente requieren cerca de treinta minutos para la producción de la misma can¬tidad de vitamina D. En áreas en las que las horas de luz solar son más limitadas, la vitamina D debe ser suplida bajo supervisión médica.
También es saludable abrir las cortinas y las ventanas, para permitir que la luz solar entre en las habitaciones, lo que ayuda a destruir ciertas bacterias.
Los estudios muestran que las personas que no tienen una exposi¬ción adecuada a la luz solar pueden estar más inclinadas a sufrir depre¬siones estacionales: este problema ocurre especialmente en zonas en las que los días son cortos en invierno. La cura es sencilla: más exposición a la luz, aun si es artificial, en los meses de invierno.
El quid de la cuestión es que, para tener una vida saludable, la tem¬perancia y el equilibrio con respecto a la luz solar son vitales.
Viernes 30 de abril
PARA ESTUDIAR Y MEDITAR: Lee “La Creación”, en Patriarcas y pro¬fetas, páginas 24 a 33; “El fin del conflicto”, en El conflicto de los siglos, páginas 729 a 737.
“‘Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se ha¬cen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas’ (Romanos 1:20). Las cosas de la naturaleza que ahora contemplamos nos dan apenas un débil concepto de la gloria del Edén. El pecado afeó la belleza de la Tierra, y por doquiera pueden verse los estragos del mal. No obstante, queda aún mucha hermosura. La naturaleza atestigua que un Ser infinito en poder, grande en bondad, misericordia y amor, creó la Tierra, y la llenó de vida y de alegría. Aunque ajadas, todas las cosas manifiestan la obra de la mano del gran Artista y Maestro. Por doquiera que nos volvamos, podemos oír la voz de Dios y ver pruebas evidentes de su bondad” (El ministerio de curación, pp. 319, 320).
PREGUNTAS PARA DIALOGAR:
LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Génesis 1-2: 7: 2:18-24; 3:7, 17-19; Salmo 24:1; Mateo 25:34-46; Marcos 2:27, 28; 3:4.
PARA MEMORIZAR:
“De Jehová es la tierra y su plenitud; el mundo y los que en él habitan” (Salmo 24:1).
EL CREADOR PASÓ LOS PRIMEROS CINCO DÍAS de la semana de la Creación preparando el medioambiente para los seres humanos que iban a vivir allí. Puso a Adán y a Eva en un jardín (Génesis 2:8, 15) y les dio la supervisión de todas las criaturas terrenales. Así, ellos podían estudiar, gozar y desarrollarse como representantes de Dios en la Tierra. El sábado sellaría su relación con él.
El pecado cambió el plan de Dios. El medioambiente llegó a ser hos¬til. El trabajo duro reemplazó al trabajo placentero. El egoísmo dominó. Comenzó la explotación de los recursos de la Tierra que sigue hasta hoy. Los bosques han sido talados. Los cursos de agua han sido alterados y la contaminación es desenfrenada. La riqueza del suelo ha sido malgastada en forma irreflexiva. La luz del sol, vital para la salud, puede llegar a ser un enemigo de la salud, si nos exponemos a él en exceso. El mundo todavía sostiene nuestra existencia aquí, a pesar de nuestros abusos inter¬minables del planeta.
UN VISTAZO A LA SEMANA: Nuestro medioambiente es tanto un don de Dios como la vida misma; por eso, tenemos la responsabilidad de cuidarlo.
Domingo 25 de abril
CREACIÓN DEL MEDIOAMBIENTE
Algunas teorías, hoy, describen la creación de la Tierra y de la vida sobre ella como nada más que un accidente, la operación de fuerzas amo¬rales que, con el tiempo y sin ningún pensamiento, trajeron a la existen¬cia la Tierra y toda la vida sobre ella. En contraste, la Biblia presenta un cuadro radicalmente diferente de nuestros orígenes. El contraste entre el modelo ateo y desprovisto de propósito de nuestros orígenes, como lo expresa la teoría de la evolución, y el informe de la Creación del Génesis no podría ser más diferente. Estos dos conceptos son, básicamente, in¬compatibles.Lee Génesis 1 y 2:1 al 7. ¿De qué modo los actos de Dios prepa¬raron el camino para la obra culminante de la Creación: el hombre y la mujer? ¿En qué forma la creación de los seres humanos fue diferente del resto de la Creación?
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Detengámonos un momento en la escena del Dios creador cuando trabaja en la creación del hombre y de la mujer. Primero, forma a Adán del suelo; aquí está Dios, el Escultor. Luego, cuando todo lo demás está listo, se inclina y sopla su propio aliento en la forma de Adán, que está esperando. Dios, el Dador de la vida, trae a Adán a la vida. ¡Qué cuadro maravilloso de nuestro Dios en operación!__________________________________________________________________
Pero, eso no es todo. Él llega a ser Dios el Cirujano al sacar una cos¬tilla de Adán y formar a Eva para ser la compañera de Adán y la madre de la raza. Ella también ha de pararse a su lado en este medioambiente perfecto (ver Génesis 2:18-24). Luego, pone a estos seres flamantes, recién creados, en el lugar de belleza y maravilla que había estado preparando el tiempo previo.
Dios proveyó los alrededores más saludables posibles para Adán y Eva. El tranquilo verde del follaje, el color de las flores y las frutas: todo se combinaba a fin de constituir el hogar ideal para ellos. El Señor no pla¬nificó una vida de ocio para nuestros primeros padres. Habían de trabajar en el jardín y cuidarlo. De esta manera, ellos encontrarían satisfacción y gozo. Aprenderían más acerca de Dios y de lo que hemos venido a llamar “el segundo libro de Dios, la naturaleza”.
Lee, en Génesis 1 y 2, el informe de la Creación otra vez. ¿Qué en¬contramos allí que nos señala la idea de que, como seres humanos, deberíamos ser buenos administradores de la Tierra?
Lunes 26 de abril
EL AMBIENTE DEL SÁBADO
Cuán interesante es el hecho de que Dios no terminó toda la obra de la Creación hasta que creó el sábado. Qué contraste: toda la obra de crear el mundo, los animales, los mares, la vegetación y finalmente la humani¬dad, y entonces, como acto final, el acto de descansar.Lee Génesis 2:2 y 3. ¿Qué podemos concluir del hecho de que Dios mismo descansó en el sábado?
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¿Dios mismo, en su papel como Creador, guardó el séptimo día, el sábado? ¡Qué diremos acerca de mostrar las raíces profundas del sábado! Cualesquiera que sean las implicaciones de esa idea, una cosa es segura: el sábado vino de Dios mucho antes de que existiera una nación y un pueblo judíos.Entretanto, el sábado nos da la oportunidad de concentrar nuestra aten¬ción en el Creador, en su amor y en su cuidado por sus criaturas de una ma¬nera que no hubiera sido fácil para nosotros. Ayudó a poner límite al trabajo, aun en un tiempo en el que el trabajo era relativamente fácil y productivo.
Después de que el pecado entró, el trabajo llegó a ser mucho más difícil y cansador (Génesis 3:17-19), y el sábado puso este límite al trabajo, y el llamado a recordar al Creador llegó a ser aún más importante. El sá¬bado, un recordativo de la Creación, nos debería ayudar a concentrarnos en nuestra responsabilidad para con el mundo creado.
Con el paso de los siglos, el verdadero significado del descanso en el sábado llegó a perderse con numerosas reglas y reglamentos que desviaron los pensamientos de la gente del verdadero significado y valor del sábado.
Lee Marcos 2:27 y 28, y Marcos 3:4. ¿Cómo entendía Jesús el sábado?
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Cristo restauró el significado del sábado en función de lo que Dios había querido que fuera. Él mostró que Dios considera el sábado como un día para hacer el bien, para procurar el avance de su Reino y para ser¬vir a todos los que tienen necesidad.¿De qué modo podía y debía la observancia del sábado ayudarnos a entender mejor el maravilloso regalo que Dios nos dio del mundo creado? Más aún, ¿cómo puede y debe ayudarnos a comprender me¬jor nuestra obligación de cuidar de él?
Martes 27 de abril
CAMBIOS EN EL MEDIOAMBIENTE DESPUÉS DEL PECADO
Lee Génesis 3:7 y 17 al 19. ¿Cuál fue la primera indicación dada a Adán y Eva para mostrarles que la acción de comer del fruto prohibido tenía consecuencias? ___________________________________________________________________
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Con la entrada del pecado en sus vidas, Adán y Eva afrontaron algu¬nas consecuencias penosas. Primero, como escribió Elena de White, des¬apareció la vestimenta de luz que los había cubierto. El medioambiente del mundo de las plantas cambió también. Crecieron cardos y espinas. El suelo se volvió duro y pobre. Y, peor aún, entró la muerte, algo que ellos nunca debieran haber conocido.De repente, el maravilloso medioambiente que habían gozado cam¬bió y les presentó nuevos desafíos que, con el tiempo y en generaciones subsiguientes, se volverían peores. Los seres humanos, entretanto, comen¬zaron a explotar la Tierra para su propia ganancia y gloria.
Lee 1 Reyes 10:14 al 22. ¿Qué nos indica esto acerca de cómo los seres humanos llegaron a ver la Creación?
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Además de la explotación, la decadencia y la muerte han estado pre¬sentes en todos los pueblos, y son parte del ciclo de la vida. Pero no fue así al comienzo y no es el plan final de Dios. La mayordomía de la Tierra por parte de la humanidad se ha vuelto una explotación de aquella, mientras personas avaras sacan de la Tierra todo lo que pueden, sin tomar en cuen¬ta las consecuencias.La contaminación del aire, del agua, del suelo, la presencia de agentes de enfermedad nuevos y temibles, todos señalan un envejecimiento de la Tierra y la necesidad creciente de renovación. Mientras que más países procuran desarrollarse, y mientras que los países desarrollados procuran seguir manteniendo su nivel de vida, la humanidad afronta desafíos a la salud que pueden ser enormes por causa del daño al medioambiente.
Hace años, un dirigente político hizo una afirmación que decía más o menos así: “No tenemos que preocuparnos acerca del medioam¬biente, porque Jesús regresa pronto”. ¿Cuál es la lógica de este argu¬mento? ¿Cómo le responderías?
Miércoles 28 de abril
NUESTRA RESPONSABILIDAD HACIA EL MEDIOAMBIENTE
Lee el Salmo 24:1. ¿Qué implicación tienen estas palabras para noso¬tros y la forma en que nos relacionamos con el mundo? Al mirar a nuestro alrededor y ver las condiciones de nuestro mundo, necesitamos hacernos la pregunta: “¿Qué podemos hacer para mejorar el medioambiente?”
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Necesitamos comenzar recordando el señorío de Dios sobre la Tierra. No estamos libres de responsabilidad ante él y sus obras creadas. No solo la Tierra es de él sino también la gente: nosotros y todos los demás. Tenemos responsabilidad ante él por la otra gente, así como por el resto de la crea¬ción terrena. Podemos y debemos conservar los recursos naturales.Un ejemplo es el agua. Podemos ser cuidadosos al usar el agua. Po¬demos apoyar los esfuerzos para proporcionar agua limpia a quienes no la tienen. En ciertas partes del mundo, la falta de agua limpia es un pro¬blema muy serio, que conduce a una tremenda pérdida de vidas.
Podemos seguir la dieta que Dios bosquejó para nosotros. Si más personas fueran vegetarianas, habría más alimentos para todos, porque se necesitan muchos más recursos naturales para sostener una dieta basada en carne que para sostener una dieta vegetariana.
Podemos cuidar de las plantas y de los árboles por los que tenemos responsabilidad. Esto ayudará a mantener el aire puro.
Hasta donde podamos, deberíamos procurar reducir el nivel de emisio¬nes de carbono, que está llegando a ser, cada vez más, una preocupación mun¬dial debido al impacto potencialmente peligroso para el medioambiente.
Al ser buenos mayordomos de la Tierra, al procurar cuidar el medio¬ambiente, al no acumular los recursos naturales para nosotros mismos, al estar dispuestos a compartir con otros de nuestra abundancia, podemos mejorar la vida diaria de aquellos que necesitan nuestra ayuda. Como cristianos, que profesamos seguir al Señor Jesús, estamos obligados a ayu¬dar a los que están en necesidad.
Lee Mateo 25:34 al 46. ¿De qué modo nuestra mayordomía de la Tierra, de alguna manera, es parte de lo que Jesús nos pide que haga¬mos? ¿Qué otros versículos puedes recordar que también se aplican a este problema?
Jueves 29 de abril
ADORADORES DEL SOL
Solo a la luz de la eternidad captaremos el impacto negativo del pecado sobre nuestro medioambiente. Es difícil imaginarnos cómo era nuestro mundo y cuán perfectamente adecuado era el medioambiente en el que vivieron nuestros primeros padres.El pecado no solo impactó la Tierra, sino también a los seres huma¬nos. Uno de los impactos negativos del pecado llevó a los seres humanos a la idolatría, que se manifestó por su adoración a las “criaturas” (Romanos 1:25) en vez de al Creador.
Lee 2 Reyes 23:5, Jeremías 8:2 y Ezequiel 8:16. ¿Qué sucedía? ¿Por qué, en un sentido, tendría sentido adorar al sol?
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Sabemos hoy que la luz del sol, aunque muy importante para nues¬tra salud, puede tener efectos muy dañinos si nos exponemos demasiado a él. Así, los modernos adoradores del sol viven en casi tanta ignorancia como sus predecesores.Sabemos, también, que demasiada exposición al sol aumenta el ries¬go de diversos cánceres de la piel.
Por otro lado, la luz del sol ayuda a producir la vitamina D, que es esencial para el metabolismo del cuerpo y la formación de huesos fuertes y sanos. Una exposición adecuada a la luz del sol también ayuda a preve¬nir ciertos tipos de cánceres.
¿Cuál es, entonces, la exposición óptima a la luz del sol? Las per¬sonas de piel clara en un medioambiente ecuatorial requieren, por lo menos, cinco minutos por día de exposición al sol para la producción de su vitamina D. Las personas de piel oscura en el mismo medioambiente requieren cerca de treinta minutos para la producción de la misma can¬tidad de vitamina D. En áreas en las que las horas de luz solar son más limitadas, la vitamina D debe ser suplida bajo supervisión médica.
También es saludable abrir las cortinas y las ventanas, para permitir que la luz solar entre en las habitaciones, lo que ayuda a destruir ciertas bacterias.
Los estudios muestran que las personas que no tienen una exposi¬ción adecuada a la luz solar pueden estar más inclinadas a sufrir depre¬siones estacionales: este problema ocurre especialmente en zonas en las que los días son cortos en invierno. La cura es sencilla: más exposición a la luz, aun si es artificial, en los meses de invierno.
El quid de la cuestión es que, para tener una vida saludable, la tem¬perancia y el equilibrio con respecto a la luz solar son vitales.
Viernes 30 de abril
PARA ESTUDIAR Y MEDITAR: Lee “La Creación”, en Patriarcas y pro¬fetas, páginas 24 a 33; “El fin del conflicto”, en El conflicto de los siglos, páginas 729 a 737.
“‘Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se ha¬cen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas’ (Romanos 1:20). Las cosas de la naturaleza que ahora contemplamos nos dan apenas un débil concepto de la gloria del Edén. El pecado afeó la belleza de la Tierra, y por doquiera pueden verse los estragos del mal. No obstante, queda aún mucha hermosura. La naturaleza atestigua que un Ser infinito en poder, grande en bondad, misericordia y amor, creó la Tierra, y la llenó de vida y de alegría. Aunque ajadas, todas las cosas manifiestan la obra de la mano del gran Artista y Maestro. Por doquiera que nos volvamos, podemos oír la voz de Dios y ver pruebas evidentes de su bondad” (El ministerio de curación, pp. 319, 320).
PREGUNTAS PARA DIALOGAR:
- El problema del medioambiente, especialmente el tema del ca¬lentamiento global, ha estado en los últimos años en las noticias desta¬cadas. ¿Cuál es la respuesta de tu país, tu comunidad y tu iglesia a estos problemas?
- ¿De qué modo debería un cristiano, alguien que cree que Dios creó el mundo, relacionarse con los temas del medioambiente en forma diferen¬te de alguien que cree que estamos aquí como producto del azar?
- ¿De qué modo puede y debe el sábado desempeñar un papel en nuestra preocupación por el medioambiente? ¿En qué forma guardar el sábado nos ayuda a estar más interesados en nuestro medioambiente?
- Si Jesús vuelve pronto, como creemos, ¿deberíamos realmente es¬tar tan preocupados por el medioambiente? Justifica tu respuesta.
- Si es posible, haz una investigación acerca de los efectos negativos sobre la salud que el daño ocasionado al medioambiente está producien¬do en diversos lugares del mundo. ¿Qué sucede en tu comunidad? ¿Qué papel desempeñas y deberías desempeñar en esta área? ¿Cómo podrías aprovechar algún activismo ecologista para la difusión del evangelio?
- ¿Qué cambios, aun pequeños, podrías hacer en tu estilo de vida que podrían beneficiar el medioambiente? ¿Cuánto sacrificio propio re¬queriría de tu parte?
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